Kinefilaxia etimológicamente significa kines=movimiento, filaxia=prevención, por lo tanto, podemos decir que es el cuidado y mejoramiento del ser por medio del movimiento voluntario.
En el ámbito sanitario no sólo se debe promulgar una correcta atención terapéutica, sino también velar por la vigilancia y aplicabilidad en materia preventiva, y demostrar en la sociedad los beneficios de esta actividad.
Sin duda alguna el movimiento es la herramienta que constituye la piedra angular cuando hablamos de prevención; es por este motivo que cualquier profesional de la salud y/o el movimiento debería enfocar su atención en lograr mayor empoderamiento cinestésico (movimiento) en el usuario.
Kinefilaxia etimológicamente significa kines=movimiento, filaxia=prevención, por lo tanto, podemos decir que es el cuidado y mejoramiento del ser por medio del movimiento voluntario.
La prevención de lesiones es una herramienta sin dudas muy útil para el profesional sanitario, pero también resulta muy compleja su comprensión ya que las causas de las lesiones no son por un único motivo, por el contrario, cada lesión debe ser asociada a componentes biológicos/psicológicos/emocionales/sociales/contextuales. En resumen, una lesión es multicausal.
Por lo tanto, la kinefilaxia (movimientos preventivos) nos permite generar una variedad de recursos que pueden ser útiles frente a situaciones y/o actividades que requieran de mayor variabilidad de movimientos para poder evitar una posible lesión. Un ejemplo claro de esto podría ser una situación en la cual estamos caminando por la vereda y una baldosa se encuentra “floja” lo cual nos provoca un movimiento inesperado en el tobillo y una probable consecuente lesión. Esguince de tobillo. Dicho esguince de tobillo podrá ser evitado por múltiples variables, pero una de ellas puede ser el entrenamiento preventivo relacionado a la estabilidad (propiocepción) de la articulación, así como los músculos periarticulares.
Es fundamental aclarar qué al momento de programar una rutina de ejercicios preventivos, esta rutina debe contener ejercicios de fuerza, coordinación, estabilidad, movilidad, y agilidad. Algunas de estas capacidades deberán desarrollarse de manera más frecuente dependiendo las necesidades de la persona.
En conclusión, sería recomendable para cualquier persona que realice o no alguna actividad física y/o deportiva ponerse en contacto con un profesional sanitario o de movimiento pertinente para que puedan evaluar y planificar una correcta rutina de ejercicios con fines preventivos.
Por: Lic. Emiliano Lorigados